punto.

Un miedo horrible a los finales.
Còmo si de cualquier manera no fuesen a llegar,
como si de pronto no se aparecieran cantando a nuestro lado.
Podrìa elegirlos, podrìa dirigirlos, pero tengo miedo.
Entonces me encierro en mis entrañas a soñar. Y le doy permiso a los finales a que pasen, y desbaraten las cosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario